<![CDATA[Este último mes ha sido muy intenso para aquellos que seguimos la investigación de la teoría de la muerte de Paul McCartney. Una serie de publicaciones y eventos que han hecho que el tema, dejos de olvidarse, haya visto aumentado su interés de forma exponencial.
Autora del artículo: LADY RUTH
El 25 de febrero nos sorprendimos al ver publicada en varios medios, entre ellos el Mirror, la noticia de que Ringo Starr habría admitido la muerte del cantante en 1966 y su posterior sustitución.
Bastaba con leer las primeras lineas para darse cuenta de su falsedad; sin embargo, mucha gente lo creyó. Era descorazonador leer los comentarios de los fans. Aun pensando que era cierto que Ringo había confesado, la mayoría lo tachaban de “senil” y “chiflado”. ¿Realmente si alguien llegara a sacar estos hechos a la luz, con la legitimidad de haber sido testigo de primera mano, sus palabras caerían en saco roto al ser considerado directamente un mentiroso?
Pero el famoso diario londinense no se limitó a esto, sino que apenas un día más tarde publicó un artículo describiendo las que, en sus palabras, serían “las siete señales de que Paul McCartney murió en 1966 y fue sustituido por un doble”.
El revuelo fué tan enorme que la misma Wikileaks se vio obligada a desmentir que ellos tuvieran dicha información:
Y en medio de toda esta controversia, Ringo publicaba en Youtube el avance de su nuevo álbum. El video de la canción homónima, “Postcards from Paradise”, “Postales desde el paraíso”. Una canción llena de nostalgia, como casi todo el resto del álbum, formada enteramente por frases de letras de canciones Beatle.
Pocos días después, al ser preguntado por ello, declaró: “Yo tenía un grupo con tres hermanos. Sí, los echo de menos, ¿cómo no iba a echar de menos a mis hermanos?”
El artículo se basaba simplemente, cómo no, en analizar las supuestas pistas en álbumes y canciones dejadas por los Beatles: Abbey Road, Straberry fields forever, A day in the life…
Casi al mismo tiempo aparecía también, en la web del World News Daily Report, un supuesto desmentido que habría hecho “Paul McCartney” a las declaraciones de su ex compañero.
Sus declaraciones, curiosamente, parecían hacerse eco de los mismos comentarios, escritos por los fans, que habíamos podido leer en la noticia anterior: “Ringo está senil, es un loco”.
Pero esto no había acabado aún. El verdadero bombazo llegaría una semana después, cuando un supuesto y desconocido “diario británico”, del cual no se ha sabido el nombre, asombraba a medio mundo con su aseveración de que Wikileaks había declarado tener pruebas de la muerte de Paul. Nada más y nada menos que su certificado de defunción, que publicaría en pocos días.
Sorprendentemente, y a pesar de que la noticia iba en la misma línea que las demás, multitud de medios, algunos muy serios, se hicieron eco y publicaron la noticia en sus webs. Diarios como Clarín en Argentina, ABC en España, o Excelsior en México, se hacían la misma pregunta: “¿Realmente está muerto Paul McCartney?”
El alcance de todas estas noticias ha sido único. ¿Por qué una supuesta leyenda sin sentido iba a conseguir tanta repercusión? ¿Acaso son las primeras noticias falsas que surgen en la red? ¿No ha habido más bulos en la historia de los medios de comunicación?
Lo que está claro es que el tratamiento que se le ha dado al tema ha sido, en todos los casos, poco serio y carente de objetividad. Ni uno sólo ha hablado de los análisis científicos que seis forenses experimentados han ido realizando a lo largo de los años, con resultados sorprendentes. Ni uno sólo siquiera ha tenido a bien cuestionar por qué este Paul McCartney no sabe cómo era el bajo Höfner, de dónde salió el nombre de Eleanor Rigby o a quién se lo ocurrió el nombre de los Beatles. Nadie le acusa de mentir descaradamente al asegurar, en varias ocasiones, que cantó “Yesterday” durante la primera visita a Estados Unidos, en 1964, un año antes de que se compusiera.
Nadie ha citado los libros, artículos y ensayos que se han escrito al respecto, plagados de datos que, como mínimo, hacen dudar.
Un tratamiento burlesco y a la vez demasiado insistente que aboga por frikizar y minimizar la investigación. ¿Por qué?
Autora del artículo: LADY RUTH
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